Mañana podemos ser nosotros

Paloma de «Banksy» en el punto de mira. Belén, Cisjordania, Palestina.

Siempre supe que en algún momento de mi vida iba a ir a una zona de conflicto y ser observadora de derechos humanos, pero eso solo estaba en mi mente como un sueño loco e imposible. Ahora tengo el privilegio de hacerlo como EA (Acompañante Ecuménica) y en uno de los conflictos más complejos de la historia y que dura ya más de 60 años.

Voy más o menos un año siguiendo de cerca los acontecimientos en Palestina y no puedo dejar de indignarme. Mucha gente me pregunta «pero, ¿por qué Palestina? Eso está muy lejos. No puedo ni pensar en mi propia vida, peor en gente que vive al otro lado del mundo». Para mí,  la respuesta es simple: porque me indignó el Holocausto, me indignó el Apartheid en Sudáfrica y siempre me he preguntado ¿qué hizo la gente de aquel entonces para no ser cómplices de esas atrocidades?

Por lo tanto, como ser humano, por mi moral y mi conciencia, no puedo dejar de ser solidaria con aquellos que sufren violaciones masivas a los derechos humanos independientemente de su geografía, etnia, religión, etc. Es muy fácil decir «no es mi problema, no son mis hijos, no es mi comunidad», pero tengamos algo claro: Hoy son ellos, pero mañana podemos ser nosotros. No me creo una heroína por hacer esto ni lo pretendo ser, porque estos actos no son de super héroes sino de seres humanos.

Con este blog quiero mostrarles la vida  de los palestinos bajo ocupación y ser un eco para esas voces que no son escuchadas y sufren diariamente de la privación de sus derechos fundamentales. Les invito que junto a mí, se indignen, se emocionen, pero sobre todo, denuncien lo que sucede con la población palestina en manos del sionismo.

Ps: Espero sus comentarios